Los responsables del balneario clausurado por el Municipio tras las denuncias por vertido de efluentes cloacales en el arroyo Lobería hicieron su descargo. Acusaron "hostigamiento" y "difamación". Aseguran cumplir con "todos los recaudos exigidos por los entes de control".
Luego de que el Municipio volviera a clausurar el balneario Luna Roja ante las denuncias de vecinos y organizaciones de Chapadmalal por el vertido de efluentes cloacales sobre el arroyo Lobería, los responsables del lugar realizaron este viernes su descargo y desmintieron “toda acusación”.
Mediante un comunicado de prensa firmado por “Leo, Mauro y Emiliano”, la concesión de la playa aseguró estar siendo “hostigada” y “difamada sin sustento legal”.
La respuesta de los responsables de Luna Roja surge 72 horas después de que la Municipalidad procediera a clausurarlo de forma preventiva tras la denuncia de vecinos y organizaciones de Chapadmalal que señalaron que un conjunto de cabañas construidas frente al mar volcaban sus desechos cloacales en el arroyo Lobería desde hace 15 años.
Un informe publicado el lunes en la edición impresa de LA CAPITAL reflejó que las exclusivas cabañas construidas -según los vecinos en forma ilegal- a menos de 150 metros del mar eran foco de una importante cantidad de denuncias de organizaciones vecinales no solo por la explotación privada sobre el acantilado, sino además por el daño ambiental fruto del “masivo vertido de efluentes cloacales” -la materia fecal y más desechos de quienes alquilan en el complejo-, sobre el arroyo Lobería en el que se bañan turistas y habitantes de la zona.
Desde la Comuna indicaron que “de los informes acompañados surge una posible contaminación en las aguas y en la arena de la playa Luna Roja”.
Los concesionarios, sin embargo, negaron todas las acusaciones en un comunicado. Hicieron alusión a “difamaciones” realizadas por personas que “ilegalmente irrumpieron en el predio” con “el fin de perjudicar la imagen y gestión del equipo de trabajo del complejo”.
Dicha “irrupción”, según los vecinos, no se hizo “ilegalmente”, sino a través del sector público, y con el objetivo de tomar muestras de uno de los pozos junto a las cabañas con “grandes posibilidades de volcado”. El resultado de la muestra, de acuerdo con el informe del laboratorio Fares Taie, constató “cantidades abismales de material contaminante” en el agua: Escherichia coli, enterococo, coliformes y formaciones de colonias en “una proporción sustancialmente superior a lo tolerado por las directivas del Ministerio de Salud”.
Seguido, los responsables del lugar expresaron que desde el año 2020 la firma ha llevado a cabo “una diligente y comprometida gestión” y que “se han cumplimentado todos y cada uno de los requisitos previstos en el contrato de concesión y obtenido los permisos, autorizaciones y habilitaciones correspondientes para poder trabajar y ofrecer sus servicios”.
“Leo, Mauro y Emiliano” se ampararon en lo que recientemente expresó el presidente del Ente Municipal de Turismo: “Como indica el titular del Emtur, Bernardo Martin, durante todo el año se han efectuado inspecciones en forma permanente, las cuales han sido satisfactorias y Luna Roja ha cumplido con todos los controles y pliegos establecidos”.
La familia a cargo del “emprendimiento” contó que se hizo cargo de la concesión del “complejo” en el año 2020, aunque apuntaron que “conocen y trabajan en Luna Roja desde hace más de 15 años”, con “una pasión y empuje excepcional”.
“Desde sus inicios, la empresa centró su trabajo en la mejora continua del lugar, poniendo el espacio en valor y realizando permanentes inversiones para lograr que Luna Roja siga siendo un espacio natural y accesible, que se pueda disfrutar tanto por la comunidad de Chapadmalal y Mar del Plata como por los cientos de turistas que nos visitan”, continuaron.
Las cabañas construidas en la ribera del arroyo Lobería, en el balneario Luna Roja.
Seguido, remarcaron las fuentes de trabajo que brinda el balneario. “Hay 40 familias trabajando para la empresa, con una proyección de 90, más proveedores y contratistas externos. El objetivo central es poder seguir creciendo, mantener los puestos de empleo y continuar con las obras comprometidas para garantizar un excelente servicio en un entorno natural inigualable, a través del dialogo y el trabajo conjunto con la comunidad y el municipio”, indicaron al respecto.
La concesión repudió “las injurias y dichos infames” vertidos por vecinos. “Desmentimos toda acusación infundada”, afirmaron y, además, aseguraron “cumplir con todos los recaudos exigidos por los entes de control de manera comprometida”.
“Leo, Mauro y Emiliano, los responsables de Luna Roja, se ponen a disposición para aclarar y conversar sobre cualquier tema relacionado con su actividad, compartir la documentación que los avala, y mostrar las obras que se han ejecutado, y las que se encuentran en curso de construcción. El trabajo en conjunto entre la comunidad, la municipalidad, el barrio y el concesionario será la mejor manera de cuidar, preservar y generar que este espacio siga siendo un lugar de disfrute para todos”, completaron.
El comunicado que contiene el descargo, vale aclarar, no hace referencia en ningún momento a las condiciones de salubridad del arroyo Lobería, foco de las denuncias de los vecinos y principal motivo de la clausura, a raíz de las cabañas construidas sobre la ribera.